El cortometraje “es cuestión de actitud” es un recurso audiovisual muy valioso que incita el análisis y la reflexión para quienes intervenimos a diario en las aulas escolares, aunque puede dirigirse también a las prácticas cotidianas de otros ámbitos porque su contenido está cargado de situaciones que, por lo general, alguna vez experimentamos en nuestra realidad inmediata.
Es menester comentar que soy docente de educación básica y, generalmente, he trabajado con niños que transitan por el primer y segundo grado de nivel primaria, es por ello que, para trasladar el contenido de este cortometraje a mis prácticas cotidianas, contextualizaré algunas de las experiencias más comunes a las que me he enfrentado. Pero antes, te dejo colgado el video para que puedas visualizarlo.
Trabajar con una diversidad de niños es un desafío que implica apropiarse de ciertos modelos particulares de enseñanza, esto, como un conducto para lograr los aprendizajes esperados que nos dicta el plan y programa de estudios en vigencia; sin embargo, en ocasiones desconocemos las prácticas adecuadas para trabajar con niños que presentan dificultades y limitaciones para apropiarse de los saberes en cuestión, en ese sentido, actuamos con los recursos que disponemos y tratamos de que el educando evolucione gradualmente a un ritmo diferente que el resto de sus compañeros, por lo que requiere de una evaluación procesual. No siempre se logra lo que nos proponemos, aceptarlo es un proceso frustrante, porque de alguna manera, sentimos fracaso y llegamos a cuestionar incluso nuestra capacidad y rendimiento.
En lo personal, cuando he llegado a sentir fracaso por una situación en particular, lo único que me impulsa a seguir adelante es la vocación que, modestamente, profano desde que decidí prepararme académicamente para servir en las aulas escolares. Cuando se tiene una dosis de vocación por el trabajo que se realiza se puede lograr lo que parece imposible, ser persistente, paciente y optimista son elementos que únicamente otorga ese término: “vocación”.
En el cortometraje, justamente se perciben esos elementos, mientras otras cigüeñas encuentran su trabajo cómodo al trasladar a bebés agradables y risueños, la cigüeña protagonista encuentra su trabajo arduo y complejo al trasladar a bebés muy desagradables y violentos.
En mi caso, encuentro agradable el trabajo de mi dentista, siempre que lo visito me toca ver su impecable consultorio atendiendo en orden a sus pacientes, sin presión alguna y con un clima muy agradable porque es un empleo totalmente independiente donde él mismo decide a qué pacientes atender, sin mencionar lo redituable que resulta ser; otro ejemplo, es el empleo de un músico o un futbolista, basta con tocar sus instrumentos cual si fuese un ensayo más para emplearse y divertirse las horas que él mismo decida ofrecer a su público, así mismo, el futbolista sólo tiene que jugar un par de horas y su único objetivo es que, junto a sus demás compañeros, puedan anotar goles en la portería contraria, lo que me resulta atractivo de esto, en que, aun siendo un trabajo, no deja de ser un juego.
Un docente, por el contrario, no puede tomar a juego su trabajo, ¿se puede divertir? ¡Claro que sí! Pero sólo lo podrá hacer quien tenga vocación por lo que hace; aun así, no debemos perder en ninguna circunstancia la responsabilidad de actuar obedeciendo principios como la prudencia y la pertinencia, puesto que somos los encargados directos de predicar con el ejemplo las conductas que pretendemos formar en los alumnos.
Como conclusión, me queda externar que pese a la dificultad del trabajo que ejerzo en las aulas, estoy convencido que mi elección fue la correcta. De ser necesario, me pondré todos los días mi traje de protección (como lo hizo la cigüeña) para seguir con mi labor.
Dejar una huella significativa y profunda en los alumnos es un elemento que me impulsa a seguir profesionalizándome para estar preparado en aquellas circunstancias que aún no he experimentado, pero que sé, algún día lo haré y estaré dispuesto a afrontar con la mayor actitud, porque finalmente, ese el sentido del cortometraje: la actitud y el empeño que le pongas a tus labores.
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